domingo, 22 de marzo de 2009

Nos cuentan un cuento:

Cuento “La llave de Josefina”

Hay gente que no tiene paciencia para leer historias.

Acá se cuenta que Josefina iba caminando y encontró una llave.

Una llave sin dueño. Josefina la levantó y siguió andando.

Seis pasos más adelante encontró un árbol. Con la llave abrió la puerta del árbol y entró. Vio cómo subía la savia hasta las ramas y subió con la savia.

Y llegó a una hoja y a una flor. Se asomó por la orilla de un pétalo, vio venir a una abeja y la vio aterrizar.

Con la llave, Josefina abrió la puerta de la abeja y entró. La oyó zumbar desde adentro, conoció el sabor del néctar y el peso del polen. Y voló hasta un panal.

Con la llave abrió la puerta del panal, abrió la puerta de una gota de miel y entró y goteó sobre la zapatilla de un hombre que juntaba la miel.

Hay gente que en esta parte ya se aburre y no sigue más. Pero la historia dice que, con la llave, Josefina abrió la puerta del hombre y entró.

Y sintió lo fuerte que quema el sol y cómo se cansa la cintura y que el agua es fresca. Y con la mano del hombre acarició a un perro común y silvestre.

Con la llave, Josefina abrió la puerta del perro y entró.

Y les ladró a las gallinas, al gato y al cartero.

Y después abrió la puerta del cartero, del gato, de las gallinas, de las limas para uñas, de las tortas de crema, de los banquitos petisos y de los grillos.

Hay gente que a esta altura ya se fue a tomar la leche.

Pero la historia dice que, cuando estuvo segura de que esa llave abría todas las puertas, Josefina abrió la puerta de Josefina y entró.

Se sentó en el banquito petiso y, con la lima para uñas, se puso a hacer otra llave que le salió distinta a la primera, pero igual.

Después se quedó sentada en el banquito, pensando. Josefina quiere elegir a quién darle la segunda llave. Porque no es cuestión de dársela a cualquiera.

Pero si vos todavía estás ahí, si no cerraste el libro y no te fuiste a tomar la leche... acá la tenes, tómala.

Porque dice Josefina que la llave es tuya.

Iris Rivera.

Saca la lengua, Buenos Aires, Editorial El Ateneo, 1999.



Se trabajó la siguiente consigna:

Los chicos tomaron la llave que les daba Josefina y buscaron en ellos la puerta para ir hacia adentro. Encontraron puertas en:

El corazón.
La cabeza.
La panza.
Los ojos.
Los oídos.
La nariz.
La boca.
Las piernas.
Las manos.

Una vez que localizaron las puertas las abrieron y encontraron:

Flores
Colores
Música.
Cuentos.
Jugadores de fútbol.
Números
Letras.
Princesas
Príncipes.
Globos.
Pelotas.
Mimos.
Tesoros.
Cajitas con cosas.
Mariposas.
Chocolate.
Juguetes.